Titiana Liliana fue detenido el miércoles y al día siguiente se derrumbó y confesó. Foto: MICHELS

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JAVIER JIMÉNEZ/MICHELS
«Titiana no le dejaba rehacer su vida; le agobiaba sentimental y económicamente». Los testimonios recogidos por la Guardia Civil en relación al crimen de Francisco Orejana y la declaración de su ex mujer y homicida confesa han permitido a los investigadores reconstruir casi con todo detalle el crimen. El cabo del cuartel de Andratx acabó su jornada laboral en la tarde del viernes día 8 y esa noche Titiana Liliana G.V. se presentó en el apartamento de la calle Costa i Llobera. Las discusiones entre la pareja eran frecuentes, a pesar de que el guardia civil le pasaba mensualmente 70.000 pesetas para la manutención de sus dos hijos y pagaba las hipotecas de dos casas.

Y todo con un sueldo de 200.000 pesetas. El problema económico estaba presente en muchas de las peleas, pero el trasfondo no era sólo material. Según parece, la ciudadana sueca seguía enamorada de Orejana y no permitía que él hubiera rehecho su vida. Esa noche ambos se encararon, aunque el final fue tan inesperado como dramático para el cabo. Titiana blandió un objeto contundente que encontró en la casa, al parecer un martillo o una llave inglesa, y la estrelló violentamente contra la cabeza de su ex marido, causándole la muerte al instante. Los investigadores creen que la extranjera no quería matar a su ex cónyuge, pero se «ofuscó» (tal y como parece que ha declarado) y le golpeó con furia.

Lejos de entregarse, Titiana ideó a partir de ese momento la que sería su 'táctica' en los días siguientes: se mostró tremendamente abatida y fingió no conocer ningún detalle relacionado con el crimen. Incluso negó que hubiera estado recientemente en el apartamento y aquí se equivocó. Lo que no sabía Titiana es que un vecino del edificio, uno de los pocos que viven en aquel complejo en invierno, la vio salir de madrugada con el rostro descompuesto. Esa fue una de las principales bazas de los investigadores en los días sucesivos, que centraron las pesquisas en los movimientos de la mujer. La ex guía del aeropuerto recibió la 'ayuda' de un psicólogo y luego siguió disimulando, hasta que el miércoles la Guardia Civil dio la 'estocada' definitiva.

La detuvo y una veintena de hombres registró minuciosamente su casa, donde aparecieron indicios inculpatorios. Sólo faltaba un detalle: su confesión, y llegó al día siguiente. Titiana se derrumbó y, agobiada por tantas horas de hábil interrogatorio, espetó lo que todos esperaban: «Yo lo maté en un momento de ofuscación». La mujer añadió que no recordaba todo el episodio, aunque comenzaba a despejar ciertas 'lagunas'. Su historia de «amor-odio» con el cabo había tenido el peor final que imaginarse pudiera.

Once días de un intenso trabajo de investigación
La Guardia Civil ha llevado a cabo un intenso trabajo de investigación para esclarecer la muerte de un compañero, el cabo Francisco Orejana. Ayer, tras darse practicamente por cerrado el caso al nivel de diligencias, existía entre el colectivo un sentimiento de satisfacción por el deber cumplido. Han sido en realidad once días muy intensos, en los que se trabajado muy duro para que no quedara impune este crimen.