La acusada fue detenida el miércoles en su planta baja de la calle Málaga de Palmanova. Foto: MICHELS

TW
0

Titiana Liliana G.V., la ex mujer del cabo de la Guardia Civil asesinado el pasado día 9 en su apartamento de Palmanova, confesó ayer el crimen a la Benemérita, tras horas de interrogatorio. Desde la Comandancia de Palma todavía no se ha facilitado información oficial sobre la detención de la sospechosa y las circunstancias en que se ha desarrollado la investigación, aunque este periódico ha podido saber que a primera hora de la tarde de ayer la mujer acabó reconociendo su autoría en los hechos que se le imputan.

Durante todo el día de ayer la Policía Judicial, apoyada por el Grupo de Huellas llegado expresamente desde Madrid, continuó buscando indicios en la planta baja de la calle Málaga, donde vive la mujer sueca con sus dos hijos de corta edad, fruto de su matrimonio con Francisco Orejana García, el cabo asesinado. Los agentes intentan encontrar cualquier evidencia -sobre todo restos de sangre- de que como mínimo Titiana Liliana estuvo la noche del crimen en la casa de su ex marido, tal y como asegura un vecino del edificio.

Otra de las 'obsesiones' de la Benemérita es localizar el arma homicida, que tras el informe forense quedó muy perfilada. De hecho, se sabe que se trató de un objeto contundente, quizás un martillo o una herramienta. La planta baja de la detenida cuenta con un jardín y los funcionarios revisaron el césped por si alguien había enterrado recientemente algún objeto. El hermetismo policial y el secreto de sumario que pesa sobre el caso han impedido conocer más detalles, pero lo que sí se sabe es que Titiana Liliana ingresó anoche en la cárcel de Palma por orden del juez.

El móvil del crimen se presupone pasional, relacionados con los supuestos celos que podría tener la detenida de su ex marido. La pareja se separó hace varios años y en la actualidad Orejana mantenía una relación con una chica, circunstancia que podría haber molestado según los investigadores a la mujer sueca. La relación existente entre los ex cónyuges era de «amor-odio» y se veían a menudo porque tenían dos hijos en común.