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Enrique A.C., un médico de Palma especialista en ginecología, ha sido declarado culpable de un delito de abusos sexuales. El juez le impone una pena de 20 meses de multa, a razón de mil pesetas diarias, además de una indemnización de 150 mil pesetas para la víctima, que es una enfermera que trabajaba en la consulta del acusado. Los hechos se inician en el mes de enero del pasado año. El médico mantuvo una entrevista de trabajo con una chica de 17 años, y acordó que comenzase a colaborar en su consulta. La empleada debía incorporarse al día siguiente, y su tarea era la de atender las llamadas telefónicas y recibir las visitas de los pacientes.

Según la sentencia, el primer día de trabajo la empleada y el ginecólogo mantuvieron una conversación en la que la joven le comentó a su jefe su deseo de operarse en un futuro el pecho. El acusado le ofreció sus servicios y le indicó que se desnudase para tomarle unas fotografías del pecho, lo que hizo la joven. Al día siguiente ambos coincidieron en el ascensor y el médico le cogió los labios y le dijo que eran muy bonitos. Ya dentro de la consulta comenzó a besarla en la frente, en la mejilla y en la nariz. La mujer se mostró sorprendida y se apartó del acusado. Después entró en una habitación para cambiarse de ropa. Según la sentencia, minutos después el médico le preguntó a su empleada cómo le había ido el fin de semana.

La joven le contó que había sufrido un pequeño tirón en el cuello. El facultativo aprovechó esta circunstancia para acercarse a ella y la besó en el cuello y en la espalda, y además colocó su mano por encima de un pecho. La joven pidió a su jefe permiso para marcharse, con la excusa falsa de que su hermano estaba ingresado en el hospital. El médico permitió que se marchara. La joven ni siquiera se cambió de ropa y rápidamente salió de la consulta y se dirigió a la Jefatura de Policía para denunciar los hechos.