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El juez Juan Manuel Sobrino, del juzgado de instrucción número 1 de Palma, tomó declaración como testigo el pasado viernes a la pediatra del hospital de Son Dureta que atendió al bebé de cuatro meses que ingresó hace dos semanas con 14 fracturas. Según informaron fuentes próximas al caso, la doctora explicó al juez que no todas las fracturas que tenía la niña eran recientes, algunas se habían producido semanas atrás, pero descartó que estas lesiones se produjeron durante el desarrollo de un juego, como insinuaron los padres.

La pediatra, lógicamente, no pudo determinar de que forma se han producido estas lesiones, aunque en su declaración se interpreta que la testigo se decanta más hacia la posibilidad de que la niña ha sufrido malostratos, que por otras hipótesis. Lo que está claro es que los médicos han descartado que la niña tenga alguna enfermedad que le produzca una fragilidad en los huesos.

El juez todavía no ha concluido la investigación y la próxima semana tiene previsto que presten declaración otros testigos. Se llamará a declarar al pediatra del centro de salud donde la madre de la niña llevaba a su hija. También serán llamados a declarar algunos familiares, entre ellos la abuela de la niña, a quien se le ha otorgado la custodia temporal de la pequeña. Precisamente la pasada semana el bebé de cuatro meses ya fue dado de alta. La pequeña se ha recuperado con rapidez y no parece que vaya a tener secuelas de estas lesiones.

Los padres, que fueron detenidos por la policía, han negado que hubieran maltratado a su hija. Sin embargo, sus declaraciones no coinciden con las opiniones de los médicos. La pareja quedó en libertad tras declarar ante el juez, aunque no se descarta que se pueda modificar esta medida en un futuro. El maltrato a un menor está castigado en el Código Penal con duras penas de prisión.