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JAVIER JIMÉNEZ-MAR COMÍN
Magdalena Carbonell Silvestre, una mujer de 71 años, falleció ayer por la mañana cuando atravesó las vías y fue atropellada por el tren de Inca a su paso por la localidad de Lloseta.

El accidente se produjo a las 10.30 horas a la altura de s'Ermita del Cocó, en la salida de Lloseta hacia Palma, cuando el ferrocarril avanzó por un paso por el que a menudo atraviesan la vía peatones. De repente, el maquinista se encontró a escasos metros a una mujer y no pudo frenar para evitar la embestida, que fue tremenda y destrozó por completo el cuerpo de la señora. La muerte, pues, fue instantánea y de inmediato la Guardia Civil y la Policía Local fueron informados de lo ocurrido. Varias unidades se desplazaron hasta el punto exacto del atropello -un tramo recto junto a una casa- y se entrevistaron con el maquinista, que se mostró muy afectado por el fatal desenlace de los acontecimientos y aseguró que no había podido hacer nada para evitarlo. Los agentes también buscaron testigos de lo ocurrido, para conocer si se había tratado de un accidente o se debía investigar otras hipótesis, pero parece ser que nadie presenció la secuencia de la embestida.

El tren permaneció detenido sobre las vías hasta las 12.30 horas, cuando pudo reanudar la marcha. Este retraso provocó que numerosos pasajeros de Palma esperaran durante dos horas confundidos y sin saber muy bien la causa de la demora, lo que motivó quejas. El juzgado de guardia de Inca fue puesto al corriente del atropello y su titular ordenó el levantamiento del cadáver. Fuentes policiales explicaron que la infortunada estaba empadronada en Palma, aunque poseía una casa en Lloseta.