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Dos funcionarios del CNP de Palma, igual que en el resto del Estado, tienen la obligación de custodiar hasta su país de orígen a cada extranjero que es expulsado. El sistema, que especifica que con cada expulsado tienen que viajar dos agentes, viene funcionando desde hace meses y para ello se ha creado el Grupo operativo de Incoaciones y Expulsiones, integrado dentro de la Brigada Provincial de Documentación y Extranjería.

Precisamente la pasada semana dos policías del citado grupo viajaron hasta Bucarest con un rumano detenido en Mallorca, y sobre el que pesaba una orden de prohibición de entrar en el espacio de Schengen. Junto a este rumano, Gilberto G., de 23 años, se tenían otros dos expedientes de expulsión para Erik K, nigeriano de 24 años, y Larisa M., rusa de 26. Con éstos se siguió otro procedimiento. El mismo se basa en la posibilidad que contempla la ley, de que los afectados estén en centros de internamiento y los traslados se lleven a cabo con otros ciudadanos de sus misma nacionalidades, aprovechándose un mismo viaje.

Desde hace unos días la Brigada de Extranjería y Documentación de Palma tiene al frente al comisario Alfonso Jiménez, que proviene de la comisaria de la Platja de Palma. Además de los servicios citados, también se ha procedido al traslado al centro de internamiento de Murcia de cinco rumanos que la semana pasada fueron arrestados en Andratx por la Guardia Civil.