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Desde hace varios años los hurtos y robos en Can Pastilla, s'Arenal y Cala Major no son ninguna novedad para la policía, pero de un tiempo a esta parte las denuncias por este tipo de delitos se había incrementado y el MIP-A del Cuerpo Nacional de Policía puso en marcha un dispositivo para erradicar esta problemática. En la operación han sido arrestados dos sospechosos y se han recuperado numerosos efectos de turistas y bañistas. El pasado día 14 José Ramón A.C., fue detenido acusado de falsedad documental, estafa y hurto. Los investigadores averiguaron que el presunto delincuente actuaba en connivencia con otro y abrieron diligencias para localizarlo.

Ramón V.T., de 49 años, fue sorprendido tres días después, cuando subía a un coche de la marca Ford Fiesta, que ha sido precintado. El individuo portaba una mochila repleta de efectos y al parecer su intención era vender los efectos que portaba en un local de compra-venta, por un precio muy inferior al real. En el interior de la mochila registrada la policía encontró varios walkman, teléfonos móviles (algunos de última generación), altavoces, radios, gafas de sol, cargadores de móvil, compact discks, relojes y algunos relojes.

Ramón, que cuenta con doce detenciones anteriores y ha facilitado nombres falsos a la policía, reconoció que los objetos eran fruto de numerosos robos en s'Arenal, Can Pastilla y Cala Major y también admitió su relación 'comercial' con el otro detenido, José Ramón. Según contó a los inspectores, se dedicaba a robar con cierta frecuencia en esas playas, aprovechando que los turistas estaban en el agua o habían dejado sus efectos sobre la toalla. Actuaba solo y después le entregaba los efectos a su compañero, que es adicto a la cocaína «y quería ayudarle».

La Platja de Palma es escenario habitual de robos, sobre todo de madrugada, cuando los turistas con algunas copas de más (o terriblemente ebrios) quedan exhaustos sobre la arena de alguno de los balnearios. En otros casos los veraneantes se despojan de sus ropas para retozar junto al mar o, símplemente, se pegan un chapuzón. Lo que ignoran es que agazapados en la oscuridad hay, casi siempre, 'carteristas' y 'descuideros'.