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Dos mujeres que ejercen la prostitución acusaron ayer a un policía de Palma de haberlas violado cuando estaban detenidas en los calabozos de Jefatura. El acusado, J.R.H., que está apartado por estos hechos, se enfrenta a una petición fiscal de 45 años de prisión. El agente, sin embargo, mantiene que es inocente, aunque reconoció ayer al tribunal que conoce a las dos mujeres que le acusan e, incluso, a una de ellas se interesó por encontrarle un trabajo.

El primer incidente no ocurrió en el edificio policial, sino en la calle. Una de las denunciantes explicó que el policía la encontró en la Puerta de San Antonio y la llevó a una bocacalle. Allí «me cogió de los brazos y me obligó a que le hiciera una felación». Los siguientes hechos ya ocurrieron en los calabozos. El acusado reconoció que a una de estas mujeres la sacó de la celda «y la invité a fumar».

Sin embargo, mantiene que no es cierto que la introdujera en el cuarto de baño de los agentes (que apenas se utiliza) y la obligara a que le realizara una masturbación. En cambio, la detenida, que se mostró ayer muy firme en su declaración, afirmó que el acusado la obligó a esta práctica sexual, que se repitió «seis o siete veces», pero que no lo había denunciado antes «por temor a represalias». La mujer explicó que «después del cigarro venía el cuarto de baño», y también recordó que durante cinco días seguidos el policía fue a buscarla a sa Placeta y que la invitó a ir a su casa, aunque ella no quiso.