El escualo, de la especie peregrino, quedó atrapado en las redes de unos pescadores en Cala Murta. Foto: UH INCA.

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Dos vecinos de Pollença capturaron en la madrugada de ayer en sus redes un tiburón peregrino de siete metros de longitud. Guillermo Cerdà acompañaba a su amigo Francisco Pérez en la faena de la pesca, en aguas de Formentor, en la zona conocida como el Morro des Pont, a la salida de Cala Murta, cuando descubrieron en la red bonitonera un enorme tiburón muerto. «Daba miedo verlo, mientras lo desenredábamos pensaba, verás si se despierta», explicaba ayer Guillermo Cerdà.

Francisco Pérez y Guillermo Cerdà tardaron más de dos horas en remolcar el ejemplar hasta el Club Náutico de Pollença, puesto que el tiburón era más grande que su barca. Allí se convirtió en el centro de las miradas de cientos de curiosos que acudían en masa a observar el escualo. Se da la casualidad de que hace veinte años el padre de Francisco Pérez capturó un tiburón blanco de 6'5 metros exactamente en el mismo punto y es que los avistamientos de tiburones han sido muy frecuentes en la zona.

Francisco Pérez relató ayer cómo en las últimas semanas la red bonitonera que calan muy cerca de la costa amanecía prácticamente destrozada, por lo que los pescadores ya presentían la presencia de un animal de grandes dimensiones. El hallazgo del tiburón se produjo ayer sobre las seis y media de la mañana. Según explicaron los pescadores el animal había muerto atrapado en la red bonitonera, un tipo de red que se cala muy pegada a la costa en aguas con profundidades máximas de 15 o 16 metros. Estaba a unos 10 metros de la arena. Los pescadores tenían previsto trocear ayer mismo el ejemplar para venderlo.

El animal más grande del Mediterráneo
El tiburón peregrino es uno de los seres vivos más grandes que se mueven por el Mediterráneo, pero es un animal inofensivo. En febrero fueron avistados dos ejemplares de más de siete metros nadando cerca de la costa de Sóller. El peregrino está en peligro de extinción: las bolsas que se lanzan al mar se han convertido en su gran enemigo por el hecho de nadar con la boca abierta.