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EFE-EL CAJON
Un estudiante disparó ayer a sus compañeros con un arma de perdigones en una escuela de California e hirió al menos a cinco de ellos, antes de resultar herido por balazos de la policía. La policía identificó al atacante como Jason Hoffman, de 18 años, alumno del último curso en la escuela secundaria Granite Hills, quién llegó al centro docente con la cabeza rapada y, tras situarse en posición de francotirador, disparó contra sus compañeros.

Tres semanas antes, otro estudiante mató a dos compañeros e hirió a 13 en la escuela secundaria de Santana, a sólo 10 kilómetros de distancia de Granite Hills. Como en el caso del centro Santana, Hoffman pareció estar resentido por haberse convertido al parecer en el blanco de las bromas de sus compañeros.

«No era muy popular. Creo que se burlaban de él», expresó a la televisión uno de sus compañeros de curso. «Parece que lo tenía todo muy bien planificado desde hace tiempo», expresó Chris Wesley, uno de los alumnos de la escuela a la que asisten 2.900 estudiantes. Una fuente del hospital Sharp Memorial indicó que un muchacho de 16 años, que recibió varios perdigonazos en la cara y en el pecho, se encuentra en estado crítico y otros 10 jóvenes tuvieron que ser atendidos de diversas heridas. Además, la fuente calificó de «grave» el estado de Hoffman, a causa de heridas de bala en la cara y en la espalda. Una portavoz del hospital indicó que entre los heridos figura un profesor y que otras personas sufrieron lesiones por caídas cuando trataban de huir.