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J.JIMÉNEZ El juzgado de instrucción número 3 de Sevilla ha reabierto el caso de la presa mallorquina que quedó desfigurada tras declararse un incendio en su celda de máxima seguridad de la prisión «Sevilla II», según confirmaron ayer en fuentes judiciales a .

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En la denuncia presentada por el letrado Miguel Ill Ferrer contra el Ministerio del Interior y contra la misma cárcel se especificaba que María José Heredia no intentó quitarse la vida en la celda, tal y como se insinuó desde el centro penitenciario al juzgado en su día. Con los nuevos datos conocidos, el juez de Sevilla ha decidido reabrir el caso y efectuar nuevas diligencias para esclarecer qué pasó realmente ese 25 de enero del año pasado y, sobre todo, si algún funcionario actuó de forma irregular.

Uno de los puntos a dilucidar es saber cómo empezó el incendio y según los testimonios recogidos parece imposible que lo pudiera provocar la propia reclusa, ya que había sido cacheada antes de entrar en la celda y no pudo haber colado ni un mechero ni unas cerillas. En cambio, sí parece claro que una funcionaria entró fumando en el habitáculo y luego, al salir, se inició el fuego. Otro aspecto que la autoridad judicial debe aclarar es por qué María José no fue auxiliada de inmediato -lo que le hubiera evitado esas quemaduras terribles- y por qué se encontraba esposada a la cama si la celda ya era de máxima seguridad.

La presa mallorquina sufrió quemaduras de segundo grado en el 30% de su cuerpo y pasó casi cuatro meses en la UCI de un hospital. Ahora pide una indemnización millonaria y que se haga justicia.