El accidente ocurrió a las cinco de la tarde en una de las vías del tren en Marratxí. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA.

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Un adolescente de trece años de edad, vecino de sa Cabana, perdió la vida en la tarde de ayer cuando cruzaba por las vías del tren de Inca en Marratxí y fue arrollado fatalmente por la máquina. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Palma ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias del accidente y al cierre de esta edición buscaba a un amigo de la víctima que se marchó sin dar explicaciones.

José Antonio Ayelo Sáez y su compañero también adolescente se encontraban sobre las cinco de la tarde en las inmediaciones de la gasolinera BP de Marratxí y a pesar de que el tren se estaba acercando decidieron cruzar las vías a bordo de un ciclomotor. El piloto consiguió pasar, pero José Antonio se apeó para que la moto pesara menos y dudó unos instantes. Esa indecisión le costó la vida. El maquinista vio que hacía ademán de cruzar y activó las señales acústicas; el menor reaccionó y volvió al otro lado de la vía, aunque finalmente pasó sobre los raíles y fue golpeado violentamente. Su cuerpo sin vida quedó tendido en el arcén de la vía, muy cerca del polígono de Marratxí y del cementerio de Bon Sosec.

El maquinista se puso en contacto con el centro de emergencias del 112 y en estado de gran nerviosismo comunicó que acababa de arrollar a un muchacho. Cuando los equipos de rescate llegaron a las vías del tren José Antonio carecía de constantes vitales y presentaba el cráneo destrozado. De su amigo, el motorista, no se halló ni rastro y al cierre de esta edición estaba siendo buscado para que prestara declaración ante la Policía Judicial.

Durante dos horas la Policía Local de Marratxí y la Guardia Civil permanecieron en el punto del atropello y efectuaron un reportaje fotográfico, que luego será remitido al juez, y tomaron declaración a los testigos presenciales, entre ellos el maquinista del tren. El juzgado de guardia fue informado del accidente mortal y su titular ordenó el levantamiento del cadáver. Los padres de José Antonio no pudieron ser localizados hasta las siete de la tarde. La familia reside en la urbanización de sa Cabana, en Marratxí.