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EFE-TOKIO
El capitán del barco «Ehime-Maru», hundido el viernes en Hawai tras haber sido golpeado por un submarino estadounidense, afirmó ayer que la tripulación del submarino apenas les prestó ayuda tras el accidente. El capitán Hisao Onishi hizo ayer su primera aparición ante los medios de comunicación para informar de cómo se produjo el accidente. Durante la rueda de prensa, celebrada en Honolulu, el capitán afirmó que su barco sufrió un golpe brusco y súbito, seguido de un potente ruido.

Pocos minutos después, la embarcación japonesa empezó a hundirse y, según relató Hisao Onishi, si bien todos esperaban la rápida ayuda del submarino, la tripulación estadounidense se limitó a lanzarles una escalera de cuerda. Después de eso, no recibieron ninguna otra ayuda. Los supervivientes esperaron en medio del océano la llegada de los guardacostas estadounidenses, lo que se produjo una hora más tarde. «Fue una hora muy larga», dijo Onishi. «Intentamos con todas nuestras fuerzas buscar a todos los miembros de la tripulación de nuestro barco, pero desgraciadamente, hay nueve desaparecidos», agregó el capitán, tras lo cual rompió a llorar.

También en declaraciones a la prensa, Thomas Fargo, comandante de la Flota del Pacífico de EE UU, justificó el comportamiento de la tripulación estadounidense y declaró que debido a las condiciones del mar era muy peligroso abrir las escotillas, ya que había olas de hasta dos metros.

El accidente se produjo el viernes al sur de la isla Oahua, cuando el submarino nuclear colisionó con el buque-escuela japonés, que llevaba a cabo un viaje de estudio y prácticas en la zona. Un total de 35 personas viajaban a bordo del barco nipón, de las que 26 fueron rescatadas en las primeras horas del accidente, mientras que otras nueve, entre ellas cuatro estudiantes varones de 17 años, continúan desaparecidas.