El turismo de Antonio Guirado quedó irreconocible tras la tremenda colisión. Foto: E. BALLESTERO.

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Carlos Boyeras Escalas, de 82 años, y Antonio Guirado Pino, de 35, perdieron la vida en dos accidentes de tráfico que tuvieron lugar en la tarde del jueves y en la madrugada del viernes. El primer siniestro ocurrió a las 19'00 horas en la carretera PMV-3431, que enlaza Muro y Can Picafort, cuando Carlos Boyeras perdió el control de su ciclomotor marca Mobylette y se estrelló contra el asfalto. La caída se produjo a la altura del kilómetro 3-800 y el vecino de Inca quedó tendido sobre la calzada, gravemente herido. Las personas que lo descubrieron dieron aviso a una ambulancia y el octogenario fue trasladado a Son Dureta en estado crítico. Su evolución se complicó, sobre todo debido a su avanzada edad, y sobre las 23.50 horas los médicos certificaron el fallecimiento.

El subsector de Tráfico de la Guardia Civil realizó el correspondiente atestado sobre lo ocurrido y en el primer informe confeccionado se especifica que el accidente fue casual y que no se vio implicado ningún otro vehículo. Pero éste no fue el único siniestro mortal en menos de doce horas. A las seis y media de la madrugada tuvo lugar una colisión en cadena en la carretera C-713, que une Palma y Alcúdia, en concreto a la altura de Inca. Un Renault Clío matrícula IB-9733-BK y un Opel Kadett PM-7441-AX se estrellaron frontalmente frente al kilómetro 34-200 y segundos después otros dos camiones se empotraron contra los turismos, que habían dejado bloqueada la calzada.

El primer automóvil, conducido por Antonio Guirado Pino, fue el que se llevó la peor parte y quedó completamente deformado, hasta el extremo que las placas de matrícula no eran visibles. El conductor perdió la vida casi al instante, mientras que el piloto del Kadett, F.P.M., de 30 años salió milagrosamente ileso. Los dos camiones implicados eran un Renault PM-0245-CN y un Iveco PM-5093-CL y al volante se encontraban F.T.G., de 45, y J.V.R., de 34, que tampoco sufrieron lesiones de significación.

La colisión en cadena provocó retenciones de consideración y la Guardia Civil tuvo que emplearse a fondo para normalizar la circulación. La empresa funeraria se hizo cargo del cuerpo sin vida de Antonio Guirado, mientras que una dotación de Grúas Ignaci trasladó el Clío destrozado hasta un taller de Inca.