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Manuel Romero Cabello, el hombre de 68 años que se quemó la mitad del cuerpo en una explosión de gas que se registró el pasado sábado en Palma, continúa en estado crítico en el hospital barcelonés de Vall d'Hebron, a donde fue evacuado en avión ambulancia horas después de la deflagración.

La responsable de la Unidad de Grandes Quemados del citado centro hospitalario comentó ayer tarde que el estado de Manuel Romero «es de extrema gravedad» y recordó que presenta quemaduras profundas en el cuello, tórax y el rostro. El hombre se encuentra fuertemente sedado y la doctora añadió que «su evolución en estos dos primeros días es la esperada en un caso tan grave como el suyo, pero todavía es pronto para dar un pronóstico».

La víctima, tal y como explicamos en la edición del domingo, residía junto a otro hombre en la calle Curt esquina con calle Pólvora, en el barrio palmesano del Puig de Sant Pere. Al parecer, Manuel dejó encendido el fuego de una cocina de gas butano y salió de la vivienda. La llama se apagó y cuando el morador regresó se produjo la tremenda deflagración, que sacudió toda la planta baja y la dejó envuelta en llamas. El herido salió conmocionado a la calle, con el cuerpo destrozado por la explosión y sus vecinos dieron aviso a la Policía y a los bomberos.

Una ambulancia lo evacuó a toda prisa hasta la residencia sanitaria de Son Dureta y allí los médicos le apreciaron quemaduras en más del 50% del cuerpo. Horas después Ambulancias Insulares organizó el traslado de la víctima hasta el centro de Vall d'Hebron, en donde quedó ingresado por la noche. La vivienda sufrió cuantiosos daños materiales: las persianas que dan a la calle reventaron y en su interior los muebles y las paredes quedaron destrozados por la deflagración, que también alertó a los vecinos del Puig de Sant Pere.