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El empresario argentino Ricardo B.B., acusado de provocar un incendio en su piso de lujo del Passeig Marítim para cobrar la cobertura del seguro, mantuvo ayer su inocencia ante el tribunal que le juzga. «Dos encapuchados entraron en mi casa, me torturaron, me obligaron a entregar el dinero y quemaron mi vivienda».

El acusado sostiene que el día 1 de noviembre de 1996 abrió la puerta de su casa a dos hombres, que le dijeron que iban a entregarle un paquete. El empresario mantiene que fue torturado y debido a ello tuvo que decirles donde guardaba el dinero y la llave de la caja fuerte. Tras recibir los golpes «quedé semiinconsciente», momento en el que los dos individuos quemaron el piso. Ricardo B.B. afirma que no puso salir por la puerta y tuvo que ser rescatado por los bomberos a través del balcón.

Seis meses antes del incendio el acusado cambió de compañía de seguros. Firmó una cobertura de casi cien millones, entre continente, contenido y piezas de valor. Días antes del siniestro cambió las alfombras (algunas valian casi un millón de pesetas), los muebles del despacho y se llevó varios cuadros de valor. El acusado justificó cada uno de estos cambios.

Desde el primer momento la policía dudó de su versión. Se descubrió que las lesiones que tenía no coincidían con su relato. También se averiguó que el acusado atravesaba un mal momento económico, la vivienda había sido embargada por un banco, y estaba a punto de salir a subasta. Los inspectores estudiaron la lista de objetos de valor que el acusado reclamaba a la compañía. Muchos de ellos estaban sobrevalorados, a juicio de uno de los policías, que explicó que un simple póster estaba valorado en más de 600 mil pesetas. A los policías les llamó la atención que el acusado estuviera «perfectamente» en el momento de ser rescatado por los bomberos.