Tavarus Knigth, un niño que cuenta ya con un amplio expediente
policial, permanece detenido desde el miércoles cuando las
autoridades descubrieron sus huellas digitales en el arma que
supuestamente utilizó durante el ataque, según informaron ayer en
rueda de prensa las autoridades.
El suceso ocurrió el pasado 1 de noviembre, a plena luz del día,
cuando la víctima, de 40 años, paseaba con sus tres hijos, de
cuatro, dos y un año, en un parque de Tampa. La mujer relató a la
policía que el niño le apuntó a la cabeza con el arma y advirtió a
sus pequeños con amenazas para que estuvieran quietos. Mientras, el
niño delincuente se llevó a la mujer detrás de unos arbustos y con
la amenaza de la pistola la violó.
El joven, quien abandonó su estudios escolares, había sido
arrestado previamente por drogas y robo, según su expediente
policial. La fiscalía del condado de Hillsborough no ha descartado
la posibilidad de juzgar al menor como adulto.
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