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Este suceso se produjo en la noche del pasado viernes. Dos agentes observaron la presencia en un bar de un individuo de color, que mantenía una actitud muy sospechosa. Le estuvieron observando durante un largo rato y vieron como sus movimientos eran los típicos de una persona que se dedica al tráfico de drogas. Los agentes no quisieron levantar sospechar y aguardaron el momento oportuno para actuar. Mientras esperaban, el sospechoso se acercó a uno de los policías. Le preguntó si estaba interesado en comprar droga y el policía le dijo que sí.

El nigeriano le indicó al «cliente» que le acompañara. El policía le siguió hasta el cuarto de baño del local. En ese momento observó como el sospechoso alzaba la placa del falso techo y de allí sacaba algo que, supuestamente, era droga.

El policía consideró que ese era el momento oportuno para actuar. Se presentó como agente de la autoridad y le anunció al nigeriano que estaba detenido como presunto autor de un delito de tráfico de drogas. Sin embargo, el individuo no se mostró dispuesto a rendirse. Como su altura era muy superior a la del agente se abalanzó sobre él. Inició un forcejeo en el que logró arrebatarle el arma al agente, que llevaba colocada en el cinto.

El funcionario mantiene que el nigeriano le apuntó con la pistola y accionó varias veces el gatillo. Sin embargo, el arma no se disparó porque estaba colocado el seguro, ya que de lo contrario el policía habría resultado, con toda seguridad, herido. El agente logró avisar a su compañero, que seguía esperando dentro del bar. Entre los dos pudieron reducir al presunto traficante, que fue conducido a los calabozos de Jefatura. Ayer declaró ante el juez.