Pedro Amengual, el vecino de Bunyola que denunció que su ex mujer,
de nacionalidad cubana, impedía que su única hija pudiera volver
con él, ha visto como suerte ha cambiado porque la niña ya se
encuentra en Mallorca. Tras un largo proceso, que ha durado varios
años, la niña de cinco años, llamada Kiara Maritza, llegó por fin
el pasado sábado a la Isla. No viajó sola, sino que lo hizo
acompañada de su abuela.
«Yo tenía la custodia de la niña. Por ello, el gobierno cubano
me ha dado la razón y ha obligado a mi ex mujer a que me entregara
a mi hija. A partir de ahora la niña no se moverá de Bunyola y ya
no volverá a vivir más en Cuba». La niña tiene en estos momentos
cinco años de edad. Pedro Amengual reconoce que su hija apenas le
conocía, porque se fue de Mallorca cuando apenas era un bebé y
desde entonces le ha visto pocas veces, salvo en alguna ocasión que
él viajó a visitarla a Cuba. «Hace tres meses que me comunicaron
que podía ir a buscar a mi hija porque las autoridades cubana se
dieron cuenta que con el único que podía estar era conmigo. Mi ex
mujer está en estos momentos presa por el gobierno por no haberme
entregado a la niña antes y por otros problemas que ella
tiene».
El vecino de Bunyola explicó que durante los últimos meses ha
estado negociando con su ex mujer la entrega de la pequeña. «Llegué
a un acuerdo con ella y permití que la niña viajara con su abuela a
Mallorca. Mi suegra estará en mi casa y me ayudará a pasar el
periodo de adaptación mientras la niña se acostumbra a esta nueva
vida y me conozca. Hay que tener en cuenta que mi hija inicia una
nueva vida».
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