El acusado puede conocer hoy la decisión del jurado popular.

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Yan Yü, el chino acusado de doble asesinato de Porto Cristo, sufrió una erección mientras aguardaba en el rellano de la escalera el momento oportuno para entrar en el piso de las víctimas y matarlas. Esta confesión se la realizó el acusado al psicólogo judicial en una de las entrevistas mantenidas. El acusado tenía deseos de mantener relaciones con Xu Weidi, la pintora a la que apuñaló, pero desistió de sus deseos al asustarse por la sangre que había en el escenario del crimen, donde también yacía muerto el pequeño David, el único hijo de la mujer.

El juicio por este doble asesinato quedó ayer visto para sentencia. El fiscal Ricardo Olivares solicitó una condena de 40 años de cárcel. El abogado defensor Miguel Fiol se conforma con una condena de doce años de cárcel. El jurado popular escuchó ayer las explicaciones de los forenses Emilia Salas y Javier Alarcón, que explicaron los detalles de la autopsia a los dos cadáveres, y su estudio sobre la personalidad del acusado.

Los peritos rechazan que Yan Yü sea un enfermo mental. Se trata, a juicio de los médicos, de una persona fría y muy peligrosa, puesto que es capaz de volver a matar. Los forenses señalaron que el acusado sufre un alteración de la personalidad. «No quiere reconocer sus propios deseos y culpa a los demás de sus actuaciones». En las varias entrevistas que Yan Yü mantuvo con los médicos, en todas ellas reconoció que había matado a la pintora porque sentía hacia ella un sentimiento de odio. En estas entrevistas el acusado les planteó a los médicos qué hubieran hecho ellos en sus circunstancias. Los forenses han apreciado en el acusado una gran falta de arrepentimiento. Su personalidad es psicopática. No sólo no sufre ningún tipo de sentimientos de culpa, sino que suele culpar a los otros de sus problemas, según insistieron los médicos.

Los forenses señalaron en su informe que Yan Yü sabe controlar sus impulsos, y es capaz de volver a matar a una persona. Esta afirmación se basa en las entrevistas mantenidas con el acusado en las que se trató su actual situación en el centro penitenciario. El chino hizo algunos comentarios amenazantes hacia las personas de su entorno en la prisión, porque siente que no se le trata como él cree que se merece.