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JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS El catedrático en medicina legal de la Universidad de Hamburgo, el profesor Püschell, ha ratificado en el juicio que se sigue en Alemania por el asesinato y violación de Carmen del Salto las conclusiones que expuso semanas atrás su homólogo mallorquín Javier Alarcón.

El forense del juzgado de Manacor declaró durante más de cinco horas ante los miembros del tribunal, contestando a preguntas técnicas y exponiendo diapositivas sobre el levantamiento del cadáver y la autopsia. Una de las conclusiones más sólidas a la que llegó Alarcón fue relacionar la fecha de la desaparición de la joven con la de su muerte. La revelación del experto no fue casual, sino que se fundamentó en un denso estudio botánico del entorno en el que apareció el cadáver de Carmen del Salto, en una finca de s'Illot. Alarcón se documentó sobre el matorral en donde fue ocultado el cuerpo e indagó en la época de floración de aquella planta típica mediterránea. El asesino arrancó algunas ramas, que colocó sobre la víctima, y con el paso del tiempo la parte superior del matojo quedó seca y la inferior verde.

Así las cosas, y tras arduas comprobaciones, el forense de Manacor llegó a la conclusión que la joven había fallecido estrangulada casi con seguridad la misma noche en que Andreas Okulus la encontró indispuesta en el Bar Van Van de Cala Bona. Uno de los magistrados manifestó que tenía ciertas dudas sobre la tesis de Alarcón del estrangulamiento, pero el médico mallorquín improvisó con un policía la agresión, por detrás y «armado» con una camisa, y confirmó que el estrangulamiento, en aquella posición, era posible.