La Policía Local entregó al individuo a la Guardia Civil, que en
primer lugar comprobó que la persona que estaba confesando un hecho
tan grave no se encontraba borracho, y además mostraba un discurso
coherente, muy lejos de tratarse de un enfermo mental. El turista,
Daimon Tomas K., de unos 35 años de edad, se mostraba muy abatido y
manifestó a los agentes que durante años había llevado este peso en
su conciencia, y que no podía aguantarlo más. El norirlandés, que
quedó detenido, explicó que colaboró en la infraestructura para dar
apoyo a los terroristas, que planearon y ejecutaron el asesinato de
un soldado inglés. Este atentado se perpetró en la ciudad de
Kilkeen, en el norte de Irlanda, en el año 1986, y murió un soldado
de 30 años, en el norte de la Isla. Según su testimonio, tras
cometerse este asesinato, él ayudó a esconder a los
terroristas.
El turista explicó a los agentes que hacía años que se había
desvinculado de la organización. Se casó con una mujer inglesa y
que, además, su grupo de amigos ya no tenía vinculación con las
actividades terroristas del IRA. Sin embargo, siempre según su
versión, esta nueva vida, y sobre todo ese cambio de estrategia
hacia los «enemigos» de la organización, no fue acogida de buen
grado por sus ex compañeros terroristas, que le han estado
presionando e incluso amenazando durante años.
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