El incendio que se inició en la noche del viernes en el hotel Rey
Don Jaime, en Santa Ponça, que motivó el desalojo de más de 350
turistas, se originó por un cortocircuito en un almacén de material
textil, instalado en la primera planta.
El siniestro se originó sobre las diez de la noche. Debido a que
en esta habitación había almacenados productos inflamables, la
primera señal que indicó que se había iniciado un incendio fue la
densa humareda, que en pocos minutos invadió toda la planta. La
primera medida que se adoptó fue el desalojo de los clientes, que
en su mayoría se encontraba en sus habitaciones. La evacuación fue
rápida y ordenada, hasta el extremo de que no hubo que lamentar
ningún herido, salvo algunas personas con síntomas de nerviosismo
por la desagradable experiencia que estaban viviendo.
De inmediato se puso en marcha el plan de emergencia. En pocos
minutos acudieron al lugar varias unidades de la Policía Local de
Calvià, de Protección Civil, de la Guardia Civil y de los bomberos.
Al tiempo que se buscaba el foco, la policía se encargaba de
comprobar si alguna persona había quedado atrapada en sus
habitaciones. Los agentes revisaron una por una las cinco plantas
del hotel. Los clientes, en su mayoría británicos, salieron del
edificio por sus propios medios, salvo un matrimonio de avanzada
edad que, debido al humo del pasillo, optó por salir por el
balcón.
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