TW
0

Desde que el pasado 17 de marzo se puso en marcha la Policía Montada en las calles del casco antiguo de Palma la presencia de «claveleras» y de «carteristas» en la zona parece ser que ha disminuido. De lo que no cabe duda es de que el control sobre los pequeños delitos es ahora más intenso.

Las patrullas están compuestas por dos caballos del Parc de Bellver y sus respectivos jinetes, que vigilan calles y callejones entre las diez de la mañana y la una de la tarde, como mínimo dos veces por semana.

Si bien es cierto que en un primer momento la estampa de un policía patrullando a caballo puede resultar chocante, en realidad la medida ha conseguido persuadir en cierta medida "aunque ni mucho menos de forma definitiva" a «claveleras» y «carteristas» que actuaban cual plaga en el casco antiguo y que actualmente no lo tienen tan fácil. Los puntos fijos de vigilancia estática están ubicados en el Parc de la Mar, junto al Punto de Atención Ciudadana; en el Passeig dels Jardins de s'Hort del Rei, a la entrada del patio del estanque; en los jardines situados bajo la escalera de acceso a la calle Mirador y en la parada de galeras, junto a la cuesta de La Seu. El operativo del cuartel de San Fernando cuenta, además, con un recorrido itinerante entre el Parc de la Mar, el Passeig de Dalt Murada, Can Serra, Puresa, Sant Pere Nolasc, Mirador y Palau Reial.

Debido al escaso margen de actuación que ha tenido hasta la fecha la Policía Montada, la Policía Local todavía no ha confeccionado estadísticas sobre actuaciones, pero un portavoz municipal indicó que la presencia equina en el casco antiguo no sólo puede disuadir a ciertos delincuentes, sino que también controla las infracciones de tráfico (circulación restringida de las zonas Acire, limitaciones horarias de aparcamiento, embotellamientos, etc.).