Varios testigos de la localidad mallorquina de Sineu esperan ser llamados para declarar. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

TW
0

La mayor parte de los pasajeros que ayer testificaron en la vista oral que se celebra en Eivissa por el choque de dos rápidos en julio de 1991, un accidente que se saldó con 40 heridos, señalaron a la Sala su convencimiento de que ambas embarcaciones realizaron maniobras poco habituales antes del abordaje y achacaron este hecho a un «juego o un pique» entre los capitanes. Todos los testigos que comparecieron en esta sesión viajaban en el «Rápido de Formentera» y pertenecían a un grupo de la localidad mallorquina de Sineu.

Así lo manifestaron casi todos los pasajeros que dijeron haber observado los movimientos de ambos barcos. En total declararon cerca de una veintena de afectados y de ellos más de la mitad participaron de esta impresión. Casi ningún miembro del grupo, sin embargo, pudo precisar qué barco comenzó supuestamente a maniobrar imprudentemente, explicación que sustentó la denuncia que presentaron el mismo día del accidente dos representantes de los vecinos mallorquines que acusaron a ambos capitanes de una actuación negligente.

«Lo único que puedo decir es que me dio la impresión de que jugaban con nuestras vidas y, en todo caso, nadie buscó evitarse, como deberían haber hecho dos profesionales, señaló una de las víctimas en una expresión que resume el parecer de estos testigos.

Resolver quién inició un supuesto «pique» es precisamente lo que están tratando de aclarar en el juicio las acusaciones. Ayer los testigos que se atrevieron a hacerlo volvieron a dar respuestas contradictorias a la pregunta de qué barco comenzó a «buscar» al otro.