La Guardia Civil lleva con gran hermetismo la investigación del caso. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA.

TW
0

La mujer hallada el lunes en estado de descomposición en un margen de la carretera de Esporles fue asesinada de un disparo en la cabeza entre los meses de septiembre y octubre de 1999, según ha podido saber este periódico de fuentes judiciales. Los restos mortales se encontraban en el interior de un saco translúcido, entre la maleza y muy cerca de la cuneta. Tras ser localizado el bulto de forma fortuita por trabajadores del Ibanat (Instituto Balear de la Naturaleza), se dio aviso a la Benemérita, que efectuó una minuciosa inspección ocular en aquel escenario en busca de indicios.

Ayer por la mañana los médicos forenses llevaron a cabo la autopsia de los restos en el Instituto Anatómico de Palma. Un sargento y un agente de la Policía Judicial se trasladaron al cementerio palmesano para interesarse por el resultado del examen, que se prolongó varias horas. La autopsia reveló que la víctima había fallecido entre los meses de septiembre y octubre del año pasado, de forma violenta al recibir un disparo de arma de fuego a la altura de la cabeza. Luego, el o los asesinos colocaron el cuerpo en el interior de un saco y lo camuflaron entre los arbustos de la finca de Son Dameto, en el término de Esporles.

Pero otro aspecto que ha desvelado el informe forense es que la víctima fue asesinada en un paraje que no era aquella cuneta de Esporles y luego la abandonaron en el margen casi con toda seguridad para ocultarla y propiciar que pasara el tiempo y se fuera descomponiendo. Desde un primer momento se sospechó que el cadáver podía corresponderse con el de una mujer debido a la forma y tamaño de la dentadura y al hecho de que entre los restos se hallara un collar con bolitas.