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El caso del tiroteo registrado el pasado día 23 en la Plaza Llorenç Bisbal, en el casco antiguo de Palma, tiene visos de esclarecerse en las próximas horas. En la tarde del miércoles el autor de los disparos se entregó en el cuartel de San Fernando, acompañado de un abogado, y tras recibir una brutal paliza.

En un principio se pensó que el origen de la reyerta había sido el robo de un espoiler en un turismo estacionado en una calle del polígono de Levante, que luego fue vendido a un vecino de la plaza Llorenç Bisbal de 18 años.

La Policía Local consiguió detener a los tres ocupantes de un Renault 5 GT Turbo que habían sustraído la pieza del coche y los imputados, horas después, quedaron en libertad. Uno de ellos, Javier B.M., de 21 años, regresó al caso antiguo de Palma, a eso de las seis de la madrugada, y comenzó a gritar para que el receptador bajara a la calle. El interpelado hizo caso omiso y el joven descargó su arma de fogueo contra la vivienda. Luego destrozó el vehículo propiedad de ese individuo y huyó.

El muchacho estaba plenamente identificado y este periódico ya anunció que su detención era sólo cuestión de tiempo. El miércoles el joven se presentó en el cuartel de San Fernando acompañado de un letrado y se entregó. Explicó que había protagonizado aquel tiroteo no por el robo del espoiler y sus consecuencias; sino por una paliza que había recibido. El chico quería vengarse y destrozó a golpes aquel vehículo Mitsubishi.