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EFE-JOHANESBURGO Más de 350 personas han muerto y gran número se dan por desaparecidas en las inundaciones ocurridas en Àfrica Austral durante las últimas tres semanas, las peores registradas en 50 años y que afectan muy en particular a Mozambique, Sudáfrica, Zimbabue y Botswana. La situación en Mozambique, el país más afectado, que ya era catastrófica por las lluvias torrenciales caídas en las últimas dos semanas, cobró proporciones dramáticas el pasado martes cuando el ciclón tropical «Eline» alcanzó sus costas en el océano Indico. Una vez sufridos los efectos de la fuerte borrasca y cuando se creía que «había pasado lo peor», las continuadas lluvias torrenciales y la subida del nivel de las aguas en los ríos de la región, pusieron de nuevo en peligro a miles de personas, hoy aisladas en los tejados de sus casas y en las copas de los árboles.

La cifra oficial de muertos en Mozambique es de 164, pero las agencias de ayuda humanitaria elevan este número a casi el doble y señalan que «cada hora muere un gran número de personas ahogadas o por falta de alimentos, ropas y medicinas», dijo Michele Quintaglie del Programa Mundial de Alimentos.

En muchas áreas las operaciones de rescate por medio de helicópteros de las Fuerzas Aéreas mozambiqueñas y sudafricanas se han visto imposibilitadas por la intensidad de las lluvias y la escasa visibilidad, lo que agrava la situación de miles de personas aisladas y sin alimentos para más de una semana.

En Xai-Xai, capital de la provincia de Gaza, en el sur de Mozambique, la situación «es muy crítica», dijeron las autoridades locales que describieron la ciudad como «un gran lago sin casi vestigios de la metrópoli, cubierta por las aguas».

Las autoridades mozambiqueñas han pedido ayuda internacional y aseguran que más de 800.000 personas han resultado damnificadas por las inundaciones, que han causado daños materiales millonarios.