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El estado de salud de Dagmar Bork, la joven alemana de 25 años tiroteada el miércoles en Moscari, evoluciona de forma favorable, tras dos días en estado muy grave. Los médicos han conseguido extraerle la segunda bala que tenía alojada en el cuerpo y, gracias a la intervención, ha sido posible retirarle la ventilación mecánica.

El doctor Pedro Marsé, jefe de sección del servicio de medicina intensiva, certificó ayer que la joven germana, que permanece ingresada en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) de Son Dureta, permanece estable dentro de la gravedad. Los facultativos le sometieron a una segunda operación, ya que en la primera sólo habían conseguido sacarle una de las dos balas que tenía alojadas. La última intervención ha sido positiva y los galenos han sacado el proyectil del mediastino posterior.

De esta manera han conseguido mejorar sensiblemente el estado de Dagmar, que ya no precisa de ventilación mecánica y que está consciente. Las fuentes médicas consultadas señalaron que la joven está fuera de peligro, aunque todavía le quedan muchas semanas de convalecencia. La Policía Judicial de la Guardia Civil, por su parte, continúa con las diligencias en el entorno del novio de la víctima, que se suicidó tras tirotearla en cinco ocasiones. Stephan Sudtill, de 43 años de edad, parece ser que trabajaba como camionero en su país, aunque cuando llegó a Mallorca adquirió una casa de dos plantas en Moscari y se compró un lujoso Rover modelo 75.

Otra de las incógnitas que pretenden despejar los funcionarios es el origen del arma, un potente revólver 357 Mágnum, un arma poco usual en la Isla. Algunos vecinos de la pareja han señalado que Stephan sometía a malos tratos a la joven hospitalizada, pero lo cierto es que ni en la policía ni en la Benemérita constan denuncias por este motivo. El hombre, que tras disparar a su compañera se reservó la última bala para él, no tiene antecedentes policiales al menos durante los ocho años que llevaba en Mallorca.