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Un joven de entre 25 y 30 años apareció ayer muerto en el interior de un coche aparcado en la calle Gómez Ulla, en el barrio de es Fortí. El coche estaba junto a la pared del Lluis Sitjar. A falta de confirmación oficial, todo apunta a que la muerte se debió al consumo de droga. El cadáver fue descubierto sobre las once de la mañana. Se sospecha que ya llevaba muerto varias horas porque el cuerpo estaba muy rígido. El joven estaba sentado en el asiento delantero de un Volkswagen Polo de color blanco y junto al cadáver apareció una jeringuilla hipodérmica. Tres vehículos del CNP se desplazaron al lugar. Un inspector de la Policía Judicial comprobó que no había señales de violencia en el cadáver. La policía avisó del suceso al juzgado de guardia. El magistrado Miquel Florit acudió al lugar de los hechos acompañado de un funcionario. El juez ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al depósito municipal. Pese a que el fallecido no llevaba ningún documento de identidad, la policía logró averiguar su identidad a través de los datos del vehículo. Según parece, la víctima dormía habitualmente en este coche, que era de su propiedad.