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Francesc Antich, president del Govern Balear, conoció ayer de primera mano, en una reunión que se prolongó durante tres horas, la situación de degradación e inseguridad ciudadana que vive la Platja de Palma y Can Pastilla. El máximo responsable del ejecutivo autonómico se comprometió a luchar contra esta lacra y anunció una próxima junta de seguridad para adoptar medidas contundentes.

La visita de Antich, por la que la Plataforma Antidelincuencia de la Platja de Palma había «luchado» dos meses, se inició a las nueve de la mañana, con un desayuno con el presidente de la Asociación de Hoteleros, Miguel Vidal, Carmen Riu, de la cadena Riu, y dos representantes de la Plataforma: Josep Llabrés, el presidente, y Ana Rodríguez, la portavoz. Una hora después, aproximadamente, la comitiva, en la que también se encontraba el conseller de Turismo, Celestí Alomar, se desplazó hasta el Hotel Playa Golf y el president escuchó la opinión de hoteleros y miembros de la Plataforma. A las once y media los responsables del Govern se encontraron con el alcalde de Llucmajor, Lluc Tomàs, que les expuso sus reivindicaciones.

Por último, Antich contactó con la Asociación de Vecinos de la calle Bellamar de Can Pastilla y otros representantes de la barriada y trató la degradación y la delincuencia que sacuden la zona. Ana Rodríguez destacó la «buena predisposición» de Antich y opinó que había quedado impactado de la radiografía que le habían hecho hoteleros y vecinos. Según Rodríguez, a la reunión de ayer acudió la práctica totalidad de la familia hotelera de la Platja de Palma, entre 80 y 90 directores de hoteles y propietarios, y se trataron todos los asuntos concernientes a seguridad (trileros, bandas organizadas...).