Uno de los turismos se incendió a consecuencia de la tremenda colisión.

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La lluvia y los accidentes de tráfico, en determinadas vías de la Isla, son todo uno. Las precipitaciones intermitentes que cayeron ayer sobre Mallorca provocaron, a lo largo del día y sobre todo a primera hora de la tarde, colisiones continuas, algunas muy aparatosas. En total se contabilizaron, según fuentes de la Guardia Civil, más de veinte choques de consideración, con casi otros tantos heridos graves.

Sobre las 14'00 horas un turismo marca Toyota circulaba en dirección al Port d'Andratx y a la altura de la conocida como «curva de la muerte», escenario de múltiples siniestros, perdió el control. La fina lluvia que caía convirtió el asfalto en una pista de patinaje y el coche, tras deslizarse, invadió el carril contrario. En aquellos momentos, en el otro carril circulaba un Ford Fiesta, que no pudo esquivarlo. La colisión frontal fue tremenda y el segundo vehículo se incendió. Sus tres ocupantes pudieron abandonarlo a tiempo, mientras que los otros tres viajeros del automóvil japonés tuvieron que ser ayudados, ya que estaban heridos graves o conmocionados.

El Toyota, matrícula de Berlín, estaba ocupado por dos mujeres, llamadas Martina y Viceska, y un niño de ocho años de edad, Vincent. El pequeño sufrió traumatismo cráneo encefálico y las dos féminas resultaron con las piernas fracturadas. Los tres heridos del Ford Fiesta, matrícula IB-6491-DL, también fueron atendidos in situ por dotaciones del 061 y de Ambulancias Insulares y al final fueron evacuados, los seis, a centros hospitalarios. La Policía Local de Andratx empleó cinco extintores para sofocar las llamas del coche y los bomberos, cuando llegaron al tramo del accidente, acabaron el trabajo. La carretera permaneció cerca de una hora cerrada al tráfico.