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Los dos extranjeros detenidos el viernes por la noche en Llucmajor con una bomba y una pistola dotada de silenciador, tal y como adelantó en su edición de ayer Ultima Hora , tenían localizado a su objetivo en Mallorca y todo indica que iban a «eliminarle» en un breve plazo de tiempo. El ciudadano ruso y el alemán se negaron anoche a prestar declaración y en la actualidad la Guardia Civil está en contacto con la Interpol para conocer más detalles sobre cada uno de ellos.

Prácticamente toda la Policía Judicial se encontraba ayer volcada en el esclarecimiento del asunto, a pesar de que en un principio la investigación y la detención de los dos sospechosos la practicó una patrulla de la Guardia Civil de Llucmajor. El ruso y el alemán, ambos de mediana edad, se encontraban en el aparcamiento de un conocido parque acuático de s'Arenal y en su poder se halló una bomba y una pistola dotada de silenciador.

Posteriormente, y ante la gravedad de los hechos, los investigadores obtuvieron un mandamiento judicial y revisaron el inmueble en donde estaban alojados los delincuentes. En la casa se hallaron documentos y algunos datos de interés para la investigación y los sospechosos fueron incomunicados en los calabozos de la 313 Comandancia. Ayer por la mañana, uno y otro continuaban separados, para que no pudieran intercambiarse información.

Por la tarde, y en presencia de sus respectivos abogados, se negaron a prestar declaración. La Policía Judicial tiene previsto agotar las 72 horas legales de detención y ha pedido la colaboración de la Interpol. La bomba pesaba 600 gramos, era profesional y estaba formada por explosivos plásticos. Podría haber servido, perfectamente, para hacer volar por los aires un vehículo. En este sentido, los funcionarios han investigado si el caso tiene relación con el atentado, hace algunos meses, contra el Rolls Royce de un adinerado extranjero en Santa Ponça. La bomba utilizada entonces era de fabricación checa.