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Es posible que el terremoto sufrido por Turquía el martes, que devastó el noroeste y el centro del país, haya provocado la muerte de 40.000 personas, según afirmó ayer el jefe de la oficina regional para Europa de Asuntos humanitarios de la ONU (OCHA), Sergio Piazzi.

El último informe oficial de las autoridades turcas daba ayer por la mañana un balance de 10.000 muertos, 30.000 heridos y 35.000 personas bajo los escombros.

La cifra de 35.000 sepultados incluye cadáveres y sobrevivientes, pero no se puede precisar el número de personas con vida, según el citado responsable de la ONU. «El porcentaje varía de unos edificios a otros. Es posible encontrar bastantes sobrevivientes. No quiero establecer estadísticas», declaró.

Sólo en la región de Golcuk, 10.000 personas permanecerían prisioneras en los edificios desmoronados. El Gobierno turco ha pedido que se envíen sudarios, añadió Piazzi. La búsqueda prosigue y hay posibilidades de encontrar sobrevivientes hasta el próximo lunes o martes, lo que establece un período más largo que el promedio establecido en caso de temblor, gracias a la solidez de los edificios y a la ausencia de frío, precisó.

Más de 2.000 socorristas especializados de 65 equipos internacionales se encuentran en el lugar de los hechos, junto con 120 perros, aparte de los medios de emergencia turcos.

Tan sólo los rusos han logrado salvar a 60 personas de las 92 localizadas bajo los escombros, precisó este responsable, añadiendo que se ha dado ayuda médica a 233 heridos, de ellos 71 en estado grave.