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El informe forense sobre la muerte de un ciudadano guineano en el Port d'Alcúdia puede dar giro de 180 grados al caso, y puede suponer la puesta en libertad del alemán que se encuentra en prisión desde hace doce días acusado del homicidio de Daouda Cámara.

Los tres médicos que participaron en la autopsia del cadáver de la víctima, Vidal Santos, María Jiménez y Emilia Salas, no apreciaron ninguna lesión que justificara su muerte. La cara de la víctima apenas presenta golpes, y lo que se apreciaron son muy leves. Por tanto, por deducción, los forenses han llegado a la conclusión de que la víctima no falleció por los golpes que pudo recibir, sino por una causa que se conoce como muerte por inhibición.

El incidente ocurrió de madrugada en el Port d'Alcúdia. Tanto la víctima como el alemán Mario Helmut Maiwald se encontraban bebidos, e incluso habían coincidido en un prostíbulo. Según afirma el detenido, cuando intentaba ayudar a su mujer, que se encontraba indispuesta sentada sobre la acera, observó que una persona le cogía la cartera, que había dejado en el coche. Fue detrás de él y le estuvo persiguiendo. Logró darle alcance y lo mantuvo retenido aguardando la llegada de la policía. El detenido afirma que estuvo más de 20 minutos agarrando al presunto ladrón, y reconoció que era cierto que en alguna vez le golpeó cuando intentaba huir.

Las conclusiones del examen forense no coinciden con las declaraciones de los familiares, que afirman que vieron al alemán golpeando a la víctima con su codo. Los forenses sospechan que la víctima, al verse en una situación complicada, sufrió una alteración que le provocaría un ataque cardíaco. Pese a que el cadáver presenta un leve hematoma junto a la traquea, los médicos no creen que este golpe le causara la muerte.