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Ninguno de los más de 600 presos trasladados durante el día de ayer intentó aprovecharse del trasiego para fugarse, según confirmó un portavoz de la Guardia Civil.

La misma fuente añadió que el impresionante dispositivo que se prolongó durante todo el día posiblemente disuadió «a más de uno» de cualquier acto de picaresca y que la operación se cerró sin sobresaltos. En este sentido, la Benemérita informó que la mayoría de reclusos, y también sus familiares, aceptaron con relativa alegría el cambio de centro, por las comodidades que el nuevo representa.

El de ayer, sin duda, fue un traslado histórico, a pesar de que la vetusta prisión continúa abierta y con la presencia de funcionarios de prisiones. Más de 600 funcionarios han pasado su primera noche en el nuevo centro; algunos por poco tiempo otros, los menos, por muchos años.