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J.J./J.F.M. Un funcionario del juzgado de instrucción número 10 de Palma, en el que se investiga la explosión de gas ocurrida en el Gran Café Cappuccino, tomó ayer declaración a varios testigos, entre ellos el ingeniero que elaboró el proyecto de este local. Esté técnico, que contestó a todas las preguntas de los abogados personados en el caso, confirmó que la instalación eléctrica del local era correcta. El testigo se refirió al sótano del local, donde se sospecha que se concentró la masa de gas que, al explotar, destruyó el café del Passeig Marítim. Este sótano, según el ingeniero, sólo podía ser utilizado como trastero, y no como almacén. Pese a ello, dentro de este sótano se habían colocado varias cámaras y se almacenaban botellas alcohólicas, según han confirmado varios testigos al juzgado.

También prestaron ayer declaración varios camareros del local, que confirmaron que el sótano era un lugar incómodo porque tenía muy poca altura. Afirmaron también que el camarero que falleció tenía costumbre de bajar al sótano a fumar. El padre del joven imputa al dueño del Cappuccino de un delito social, por entender que el sótano se utilizaba como almacén de material cuando no tenía el permiso para ello. La declaración de testigos continuará hoy.