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Siete personas de una misma familia murieron a primera hora de ayer en un incendio que destruyó un edificio de tres plantas en la localidad de Chingford, en el este de Londres.

La policía británica sospecha que la muerte de las siete personas -entre ellas tres niños de 3 y 2 años, tres mujeres de 16, 51 y 71, y un varón de 22- pudo deberse a un asesinato. Según el detective jefe de la investigación, James Sutherland, «nos tememos que se trate de un asesinato. Alguien que no se encuentra entre los fallecidos sabe quién lo cometió y necesitamos su ayuda».

Los cadáveres se encontraban por la tarde de ayer entre los escombros del edificio porque las condiciones no eran aún seguras para rescatarlos y llevarlos al depósito para la autopsia.

Sutherland hizo un llamamiento solicitando la colaboración de los vecinos de la localidad de Chingford, en donde se encuentra la casa que fue destruida por el fuego, y facilitó un número telefónico para recabar información.

Sobre una lata de gasolina encontrada en el lugar, el detective confirmó su hallazgo sin dar más detalles. Solamente un hombre, al parecer el bisabuelo de la familia, logró escapar de las llamas.