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El incendio, a todas luces intencionado, que en la madrugada del pasado sábado se declaró en unas tuberías amontonadas entre la calle Sant Miquel y la Costa de la Pols, en Palma, han originado la indignación del vecindario.

Los residentes, según comentaron ayer, llevaban meses quejándose de la ubicación de aquellos tubos en la vía pública, apoyados en un lateral de la parroquia de Sant Miquel. «Al lado de los tubos hay contenedores y desde hace ocho meses veníamos pidiendo que se solucionara esa situación, que además de muy poco estética acarreaba un peligro que, como se ha visto, era real», señaló un comerciante de la zona.

Las quejas vecinales han aflorado, también, porque los plásticos calcinados en la noche del incendio continúan en la vía pública, junto a la ennegrecida fachada de la iglesia. Pero el punto de la polémica que más ha encendido los ánimos es el referido a los accesos a la calle Sant Miquel: «Desde que se iniciaron las obras del Plà Mirall nos encontramos con calles cortadas y lo cierto es que cuando llegaron los bomberos tuvieron muchísimas dificultades para acceder al tramo en llamas. Si se llega a tratar de una vivienda o un edificio en lugar de una pila de tuberías no sé lo que habría ocurrido», apuntó una vecina.