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Agentes de la Guardia Civil del puesto de Palmanova impidieron en la tarde noche de Navidad que una turista se quitara la vida arrojándose al mar.

Según pudo saber este periódico, la extranjera tiene unos 50 años y es de nacionalidad británica. Había llegado a la Isla con su marido y en la tarde del jueves la pareja salió a cenar y a tomar una copa.

Sin embargo, los proyectos se truncaron por la fuerte depresión de la mujer, motivada por la reciente muerte de un familiar en su país. La señora corrió sobre las 20'00 horas hacia la playa de Palmanova, tras reñir con su esposo, y se arrojó al agua. Su intención era nadar mar adentro hasta ahogarse, pero la rápida intervención de la Benemérita (que fue alertada por teléfono) evitó lo peor.

Los funcionarios entraron en el agua y tras un breve forcejeo calmaron los ánimos de la turista, que presentaba síntomas de congelación. Un médico la examinó para evaluar su estado y recomendó que se le suministrara medicación y que se redoblara la vigilancia sobre ella. El matrimonio, según las fuentes consultadas, podría regresar a su país en los próximos días.