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Los incendios o el auxilio a personas atrapadas no son los únicos servicios que realizan los cuerpos de bomberos de Palma y Mallorca. El rescate de animales en apuros ocupa un lugar destacado en la estadística anual del Cos de Bombers de Palma y en la de los Bomberos del CIM. Hasta ayer mismo, los dos organismos contabilizaban 259 casos de emergencias protagonizadas por animales diversos en problemas.

En Ciutat, en lo que llevamos de año, las alarmas de este tipo han sido 59. La mayoría de ellas tienen como escenario viviendas o solares del distrito uno, es decir, del casco antiguo.

«Los casos más frecuentes son los de gatos que han subido a árboles o postes telefónicos y no pueden descender o el de perros que han caído a pozos», apuntó un portavoz municipal. La mayoría de estos rescates son laboriosos, pero finalizan de forma exitosa.

El «tacto» del bombero y su habilidad a la hora de apaciguar al animal es una de las claves para que la operación llegue a buen término. Son muy pocas las ocasiones en las que el gato, perro o caballo se rebela y dificulta la labor del funcionario. «Generalmente son animales que están agotados o hambrientos por permanecer varios días encaramados o están ateridos de frío porque llevan horas en el agua. Saben que su única posibilidad es el bombero que intenta ayudarles y rara vez se ponen ariscos», señaló la misma fuente.