Tòfol Castanyer. | Fernando Fernández

Tòfol Castanyer Bernat (Sóller, 1972) es algo más que un deportista. Pionero de las carreras de montaña en Mallorca, su figura ha trascendido más allá de sus logros, entre los que destaca su título de campeón del mundo o momentos como la icónica imagen de su llegada a Chamonix y sus éxitos en la Ultra Trail del Mont Blanc. Pero Tòfol va más allá, y por ello es merecedor del Siurell de Plata de Ultima Hora al Valor Deportivo, ya que ha hecho del deporte un escaparate para causas sociales y medioambientales que agrandan más su figura.

¿Cómo valora este reconocimiento con el Siurell de Plata al Valor Deportivo?
— En primer lugar, sinceramente, una grata sorpresa. Estoy muy agradecido. Sorpresa, porque pese a ser consciente de que en Mallorca se me aprecia bastante, con 51 años a lo mejor ya no eres el que consigue las victorias de antes. Por tanto, que te recuerden, y que lo hagan además de por mi trayectoria por mi labor de potenciación de los valores del deporte, de la Serra y del medio natural, es un orgullo. Sólo puedo agradecer al Grup Serra que haya pensado en mí.

Usted ha dado un enfoque diferente a su carrera, utilizando el deporte como herramienta de comunicación y sensibilización…
— Y de agradecimiento a todo lo que me ha dado la montaña. Si se les intenta transmitir a los que vienen detrás la importancia de cuidarla, que pasa por conocerla, pisarla, respetarla, algo habremos hecho bien. Es importante que las generaciones futuras disfruten haciendo deporte, en nuestro caso en la Serra, pero que también tengan conciencia de que cabe cuidarla. Yo sigo compitiendo, y aunque ahora tengo una lesión, en 2023 he ganado Camí de Cavalls con el récord de la prueba; en Mont Blanc no me fue bien, pero he hecho alguna competición interesante en maratón de carretera, hice la tercera mejor marca tras Fiz y Casadeús. Yo intento ser competitivo al máximo que puedo con 51 años, consciente de las lesiones en un cuerpo que lleva 35 años en acción, pero yo quiero seguir haciendo deporte para usarlo como plataforma para transmitir esos valores de respeto a la montaña, al medio natural y otras causas.

¿Le llena hacer de altavoz con sus iniciativas de causas solidarias ligadas a la montaña, y a la Serra de Tramuntana en su caso?
— Yo soy de los que piensa que los deportistas, si pueden ser imagen de alguna causa, se tienen que mojar. Podemos hacer de potente altavoz y en mi caso me llena mucho más que ser competitivo lo que puedo llegar a ofrecer utilizando el deporte y su poder como plataforma. De lo que más me ha marcado no es un Campeonato del Mundo o Mont Blanc, y creo que en su día fue algo espectacular en Mallorca, fue ‘Passes per en Pau’. Llegar aquí y ver a todo Sóller volcado con un tío que hacía dos veces la Serra para conseguir una silla de ruedas. Eso es lo máximo. A lo mejor otro deportista te dirá que un Mundial es más que esto. A nivel deportivo, sí. Mover a todo un pueblo fue algo muy grande. Conseguimos una silla de ruedas para Pau, y eso es lo que me gusta hacer. A modo de avance, si todo va bien en enero iré a la India con la Fundación Vicente Ferrer para hacer un proyecto chulo con los niños de allí y traerlo. Hace años que colaboro, tengo a un niño apadrinado, y quiero darles visibilidad.

¿Qué alcance tienen estas acciones en las que deporte e implicación personal se unen?
— Si hago estas cosas, es porque las veo importantes. Pienso que si no hacemos cosas por este mundo, local o mundial, nos extinguiremos. Cada uno, en su ámbito, debe pensar en hacer cosas con perspectiva mirando lo que vamos a dejarles a nuestros hijos. Creo que he tenido la suerte de vivir y disfrutar de unos años a nivel deportivo muy potentes. Yo, me siento responsable de lo que creo que debo hacer y que haré mientras tenga un escaparate. Y cuando no, también.

¿Cómo se compagina su trayectoria como deportista y una vida personal que siempre ha situado en un nivel preferencial?
— Incluso en un deporte como el mío, las patas que han aguantado mi vida son las necesarias. Al principio, no podía ser profesional, pero desde 2012 se me ofreció dedicarme de manera exclusiva. Ganabas más dinero, pero significaba renunciar a cosas; si lo haces y la parte deportiva va bien es positivo. Pero si aparecen lesiones, se van las marcas. Yo aguanto porque soy autoexigente y competitivo, sin hipotecar mi vida.

¿Qué planes tiene para 2024?
— Este año he aguantado, pero tengo una lesión de DNI que le llamo yo. Me lo tomo con filosofía. Tengo un ligamento del pie roto y un año más de contrato con NNormal, cuyo proyecto y su forma de entender el deporte me encantan. Tengo por delante meses para plantear objetivos solidarios, personales y deportivos. Si puedo, volveré a pruebas que motiven, retos solidarios, y ultra distancia para estar delante. Y si se plantea, algún Europeo o Mundial Máster en atletismo. Lo que me mantiene vivo es poder salir cada día a entrenar con un objetivo en el horizonte.