Conferencia íntegra de Nuccio Ordine. | Youtube Ultima Hora

El filósofo y pensador italiano Nuccio Ordine ha sido la estrella de la noche. El prestigioso ensayista y profesor ha sido el encargado de abrir el Club Ultima Hora Valores de este año en un acto organizado conjuntamente con el Cercle d’Economia de Mallorca y que ha llenado todos los espacios disponibles del Aljub de Es Baluard, lugar en el que Ordine, a quien ha presentado el rector de la Universitat de les Illes Balears, Jaume Carot, ha departido sobre la importancia de la dimensión humanista en la educación con su charla ¿Qué escuela y qué universidad para construir un mundo mejor?. Un bello discurso repleto de citas célebres y emotivas que ha despertado los aplausos de los presentes en más de una ocasión y que ha finalizado con una ovación que duró varios minutos.

Así pues, una vez que el público ha tomado asiento, Carmen Serra, presidenta del Grupo Serra, ha abierto los parlamentos que fueron continuados por el presidente del Cercle d’Economia, Josep Maria Vicens, quien ha hablado de la «talla universal» de Ordine y ha alogiado el trabajo de la familia Serra por «reconvertir el Aljub en una cisterna del conocimiento». Tras él, ha sido el rector de la UIB, Jaume Carot, quien ha realizado un extenso, aunque inevitablemente incompleto repaso por la biografía del orador principal, Ordine, cuya carrera y logros académicos son tantos que siempre queda alguno fuera. En cualquier caso, Carot le ha descrito así: «Un hombre sencillo a la par que gigante».

Elogios

Llegó así el turno del propio Ordine, quien ha recibido los elogios algo ruborizado y agradecido. Tras un inicio en catalán, rápidamente ha dado el salto al castellano, lengua que domina a la perfección, para no «asesinar el catalán» con su pronunciación, idioma que, por cierto, ha asegurado «respetar» y, de hecho, no ha perdido la ocasión de realizar una bien escogida cita de Ausiàs March que, teniendo en cuenta el tono de su ponencia, ha sido ideal: «Creient saber la ignorància es desperta. Només a qui es foll tota cosa li és certa».

Ya en español, Ordine ha explicado los riesgos de la mentalidad extremadamente economicista y comercial que impera no solo en la educación actual, sino en la sociedad, liderada por el ideal del «utilitarismo». Ha realizado un alegato en favor del aumento del presupuesto de las escuelas y ha desligado todo el ámbito de la enseñanza de cualquier doctrina mercantil para recordar, con mucho sentido, el origen etimológico del vocablo ‘escuela’: «Significaba ocio para los griegos».

Nuccio Ordine abre los actos del Club Ultima Hora-Valores.

Ha sido ese el pie que Ordine ha utilizado para hacer, a su vez, un alegato en favor de quizá la acción más revolucionaria posible en nuestra sociedad acelerada: «Perder el tiempo». Esto, claro, entendido como una pérdida metafórica, ya que el sabio italiano no ha hablado de un puro no hacer nada, sino un tiempo invertido para todo aquello no productivo y que, por su propia naturaleza, escapa a las lógicas del mercado y la reductiva y binaria ley de la ganancia por la pérdida. Esta acción de perder tiempo tiene que ver con cultivarse, aprender y formarse en todo aquello que «es esencial» para la vida y que, curiosamente, es «justo lo que no mide el PIB», citando a Robert Kennedy. Dicho de otro modo, «solo el saber desafía las leyes del mercado», ha ilustrado Ordine y ha rematado, tajante, con que «solo quien da conocimiento es capaz de enriquecer a todos sin empobrecerse a sí mismo».

La de Ordine ha sido, pues, una defensa a ultranza de la figura del que sabe y lo profesa. Es decir, del maestro. Y para él debe ir todo lo que un país pueda ofrecer por el futuro de sus ciudadanos. «Solo un buen profesor puede cambiarle la vida a un alumno», ha resaltado el sabio italiano y ha denunciado que «la educación se ve hoy más como una cuestión de pizarras digitales y no de buenos profesores». Ante ello, lanza la pregunta que viene a complementar el título de su conferencia: «¿Será capaz la universidad que estamos construyendo de estimular la curiosidad de un estudiante?», e interpela, ante el asentimiento generalizado del respetable, que a todos aquellos que tratan de hacer de la enseñanza un negocio: «Los estudiantes no pueden ser clientes que logran un pasaporte para sus trabajos».

Armado con las citas de quienes saben más que todos, como Rousseau, Camus, Nietzsche, Dickens o    Saint-Exupéry, Nuccio Ordine ha articulado un verdadero manifiesto en favor de la orfebrería del saber y del enseñar y ha regalado a todos los presentes una hora de su tiempo. Una hora que, como diría, es tiempo ‘perdido’ por no producir nada en términos mercantiles, pero ha enriquecido a todos los allí reunidos con la sabiduría del filósofo quien no ha perdido ni un ápice de su regalada riqueza.