Es indignante ver cómo en pleno casco antiguo y a menos de 100 metros de la Plaza Mayor, la Plaza d´en Coll se ha convertido en estos años en el punto de encuentro de drogadictos y malandras. Jeringas, suciedad, perros sueltos pidiendo comida en las mesas, peleas continuas que siempre terminan con la policía y el camión que limpia la sangre. Estas son solo algunas de las cosas que tienen que aguantar los propietarios de restaurantes de una de las zonas más caras de Palma para pagar la terraza. La Policía viene cada día pero dice que no puede echarlos. He visto vaciarse más de una vez todas las mesas de los restaurantes en menos de un segundo al iniciarse una disputa entre los drogadictos. Más de una vez se quedan dormidos de tanta droga que han consumido en medio de la terraza.