La señora alcaldesa de Palma trató de depositar su confianza hace ya unos años en la Plaza de Pere Garau con motivo de la llegada de las elecciones a la alcaldía. Ahora que presumiblemente todos los ciudadanos poseemos parte de esa confianza quiero hacer uso de la misma. Es intolerable que en el desarrollo de una política de rehabilitación sobre los barrios de Palma se encuentren estampas tan peculiares como un mini-socavón en la Plaza de la Guardia Civil, lugar de tránsito y diversión entre los adultos y menores respectivamente. Parece que el interés por inaugurar obras nuevas como el futuro “párking” para bicicletas en susodicha plaza presupone un valor superior (convertido en medalla de mérito popular) al de rehabilitar estrictamente una zona debilitada por deficiencias en la construcción de la misma, pues no habían transcurrido meses y era más que perceptible la incompetente labor ejecutada. Señores representantes de la ciudadanía palmesana, para comedias y culebrones ya tenemos el Teatro Principal.