En la calle San Magín, calle de bares y restaurantes por excelencia, no hay contenedores suficientes para reciclar el cristal. Un par de veces a la semana, se ve este espectáculo de residuos en medio de las aceras. Creo que sería tan fácil como poner un contenedor más grande, el que hay es de los pequeños, o dos juntos.