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Durante las últimas semanas la legalización de viviendas situadas en zonas inundables ha polarizado la actividad política. El PP ha aprobado un decreto por el cual estas viviendas, que ya no pueden derribarse, se puedan regularizar y, además, estén en condiciones de adoptar medidas de seguridad ante el riesgo de sufrir inundaciones. La oposición preferiría que todo siguiese igual que ahora. Es decir, que los inmuebles siguiesen en un limbo jurídico. Yo propongo ser más ambiciosos y analizar el problema de manera global y, sobre todo, investigar profundamente qué ocurrió en Sant Llorenç, qué medidas se adoptaron en ese momento y, sobre todo, ver si estamos a tiempo de depurar alguna responsabilidad política.

Todo el mundo sabe que este debate de los inundables no se hubiese producido sin la tragedia de la Comunitat Valenciana. De hecho, el asunto hubiese pasado de puntillas en el debate político, pero el oportunismo y la demagogia siempre tienen más recorrido con algún suceso de trascendencia como el ocurrido en Valencia y, sobre todo, cuando los muertos se cuentan a docenas.

Es una lástima que la gran preocupación por los inundables no se produjese de forma seria aquel fatídico 9 de octubre de 2018 cuando 13 personas perdieron la vida en Sant Llorenç. Solo por curiosidad, ¿alguien que no fuesen los ecologistas hablaron de inundables? ¿A alguien le preocupó si habían fallado los servicios de emergencia? ¿Se depuró alguna responsabilidad política? No, ni mucho menos. En aquel momento plantear un debate sobre la tragedia de Sant Llorenç era hacer demagogia, pero ya que se ha reabierto la problemática de los inundables sería un buen momento para analizar el pasado para no cometer los mismos errores en el futuro. ¿O acaso el tema de Sant Llorenç sigue siendo un asunto tabú y solo se puede hablar de los inundables esta legislatura? Si en aquel momento hubo alguna imprudencia y no se depuraron responsabilidades, ¿no sería lo mejor saber si hubo algún incompetente que sigue en la política activa? ¿O también le damos la culpa a la sociedad, como ocurrió con las menores prostituidas?

El desastre de Sant Llorenç no puede seguir siendo un tema tabú y propongo a los líderes políticos que aborden aquella tragedia para evitar que se repita. Pero con urgencia.