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Cada cierto tiempo, el deporte mallorquín acostumbra a darnos alegrías. El Palma Futsal, en otra página para la historia, se proclamó este fin de semana en Armenia campeón de Europa. En un partido perfecto, el equipo de Vadillo superó al poderoso FC Barcelona y conquistó su segunda Champions consecutiva.

No hay precedente alguno en Balears. Ganar la Champions dos veces seguidas es algo reservado a una minoría muy selecta, normalmente a equipos muy poderosos. Y ese no es el caso del Palma Futsal, que con un presupuesto humilde, ha logrado codearse con la aristocracia europea. El conjunto mallorquín representa, sin duda, los mejores valores del deporte: trabajo, humildad, capacidad de superación e ilusión. Esta ha sido su receta para volver a tocar el cielo. Con todo, sus éxitos deben considerarse excepcionales. Si ganar una Champions parecía un sueño imposible, ganar una segunda es realmente increíble. Enhorabuena.