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Aestas alturas de mi dilatada existencia y habiendo visto todo lo que he visto, se me hace muy difícil dar crédito a los gurús que a lo largo de los últimos decenios se han autodesignado sumos sacerdotes y sacerdotisas de los valores de nuestra cultura propia, ya sean la lengua o la interpretación de nuestra reciente historia. ¿Sabías que yo fui uno de los fundadores del PSM histórico?
Mi interlocutor, nada sospechoso de cohabitar con la derecha, me tachó una vez más de ‘ingenuo’ por dar carta de naturaleza «a esta tropa de falsos profetas a los que en Mallorca casi nadie hace frente, quizá porque en el fondo somos conscientes de su escasa importancia. Però emprenyar, emprenyen. Y me puso un ejemplo: si técnicamente fuese posible pasar a la sociedad mallorquina por el tubo de un TAC, el resultado sería completamente diferente al cuadro que, con tintes apocalípticos, pintan a diario en la prensa y desde sus chiringuitos subvencionados estos presuntos aristócratas del pensamiento intelectual mallorquín. El ejemplo me dolió precisamente por su certeza. La Mallorca que mi interlocutor y yo mismo –pobre cronista y escritor regional– representamos y defendemos está en la UCI dando sus últimas boqueadas. Hoy en día los mallorquines o residentes en Mallorca tienen unas preocupaciones muy distintas de las que puedan manifestar los del pelotón de la perpetua reivindicación identitaria. A mí no me gusta –es más, me duele en el alma– pero si tuviese poder de decisión, y no tan solo influencia, no podría dejar de atender a los datos de la –por otra parte inexistente– tomografía axial computerizada. Algunos admitimos con dolor que nos lo han cambiado todo mientras que otros luchan por mantener la ficción porque les va en ello el chiringuito, y también para que los cuatro columnistas presuntamente ilustrados que quedan no les señalen con su dedo mediático.
De regreso a casa leí unos datos que me habían sido enviados por Llorenç Perelló, director del Institut d’Estudis Baleàrics. Resulta que organizan talleres de catalán para familias, en colaboración con los centros educativos. Y resulta también que desde hace unos meses 208 profesionales sanitarios han iniciado cursos de aprendizaje de nuestra lengua para poder dirigirse en ella a sus pacientes. Nada de eso dicen, sin embargo, los sumos sacerdotes-sacerdotisas que presentan a Margalida Prohens como la gran enemiga de lo nostro. Patético, como po