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El tabaco roba 10 años de vida a cada persona que fuma. Un 16,4% de mujeres mayores de 15 años y un 23,3% de hombres fuma diariamente en España. Y el tabaco mata más de 56.000 españoles al año, unas 160 personas, diariamente, en un entorno donde el 25% de los niños y niñas de 12 años han vapeado.

En el año 2006, primer año de aplicación de la Ley 28/2005, los hosteleros anunciaron la catástrofe. En el año 2024, han vuelto a decirlo. Hablaron y han vuelto a hablar de ruina, de caos, de necesidad de incentivos para los bares, cuando los datos posteriores a 2006 nos indican que los efectos han sido todo lo contrario. La ley antitabaco letona de 2011 no hizo que mermara el negocio de los establecimientos de restauración, si no todo lo contrario: Ni el fin de la hostelería, ni la ruina, ni el caos que vaticinaron. Más diría, después de las medidas proNOfumadores, la hostelería tuvo un crecimiento.

Desde la primera ley contra el tabaco aprobada en España, en 2005 el consumo de cigarrillos se ha reducido un 53%, el impuesto sobre la cajetilla ha crecido un 122% y la recaudación ha subido un 5%. Además, la incidencia de los infartos de miocardio se ha reducido entre un 10 y un 12% y también los ingresos hospitalarios por EPOC y asma, con el consecuente ahorro de millones de euros a nuestro sistema sanitario.

Sabemos que las medidas relacionadas con espacios libres de humo son de las más eficaces para el control del tabaquismo. Puede llegar a disminuir el consumo per cápita entre un 5-20%. También, se conoce que impuestos más altos y leyes de aire limpio pueden tener un gran impacto en las tasas de tabaquismo.

No se puede alcanzar a una generación libre de humo sin la implementación de terrazas 100% libres de tabaco, el empaquetado neutro, la equiparación legal de las nuevas formas de consumo de tabaco y nicotina con el tabaco tradicional, la prohibición de venta de vapers de un único uso, la eliminación de los sabores, la reducción y la regulación de puntos de venta de tabaco y de productos con nicotina, además del aumento sustantivo de la carga impositiva de todos estos productos para evitar que estén al alcance del bolsillo de niños y adolescentes.

Así, la primera meta de este plan aprobado por consenso a pesar de las diferencias, es prevenir el consumo de tabaco y los productos relacionados con él. En este marco, Sanidad incluye en el borrador del Plan Antitabaco una estrategia legislativa que pasa por la prohibición de aditivos que confieren aromas en el tabaco y en los productos relacionados, acorde a lo que se pacte en el marco de la Unión Europea. Además, planea nuevas medidas fiscales incrementando los impuestos a los productos de este sector, incrementando sus precios. En esta línea, apunta a la creación de una nueva figura impositiva que establezca un gravamen específico para los cigarrillos electrónicos con nicotina.

El siguiente horizonte para el Ministerio es fomentar el abandono del tabaquismo y la ayuda para dejar de fumar.

Como tercera meta, Sanidad busca reducir la exposición ambiental a las emisiones de tabaco. Destaca dentro de la intención del Ministerio de fomentar el abandono del tabaquismo la estrategia planteada por Sanidad para ampliar los espacios sin humo de tabaco y sin aerosoles de cigarrillos electrónicos y productos relacionados en determinados espacios de uso público o colectivo, especialmente aquellos con presencia de personas menores de edad; así como la prohibición de los dispositivos de un solo uso relacionados con el tabaco.

Además, Sanidad plantea la ampliación legislativa de los espacios sin humo de tabaco y sin aerosoles de cigarrillos electrónicos y productos relacionados en determinados espacios de uso público o colectivo, especialmente aquellos con presencia de personas menores de edad.

El plan incluye una estrategia legislativa para promover la investigación y potenciar las alianzas. Para ello, propone la incorporación a la cartera básica de prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud, de aquellos fármacos que, atendiendo a la evidencia científica, son adecuados para el tratamiento de la adicción al tabaco y llama a la colaboración con las Entidades Locales para impulsar el desarrollo de ordenanzas municipales de prohibición de arrojar colillas en vías públicas y espacios naturales. Un avance importante de cara al futuro que como dice la ministra de sanidad, coloca a España en la vanguardia y sin duda alguna, mejora la calidad de vida de la ciudadanía de les Illes Balears.